viernes, 15 de febrero de 2008

¿Existe la selección del Polo Sur?

Ha pasado exactamente un mes desde que publiqué por última vez, y desde entonces Claudio no hace más que insistir sobre el tema. Está empecinado en saber si, en ese continente blanco apenas habitado, en su mayoría, por científicos y militares, donde el día y la noche se reparten seis meses del año para cada uno, y donde la temperatura promedio es alrededor de 18 grados bajo cero, realmente existe la selección de la Antártida.

Sin darle mayor importancia, me aventuré a negárselo. Era poco menos que descabellado. Claudio no se dio por vencido. Con su lógica pueril ha llegado a la conclusión de que si en Nuuk, capital de Groenlandia, ostentan un estadio para dos mil persona, entonces en el Polo Sur debería existir por lo menos un campo donde pegarle a la pelota en medio de ese paisaje glacial.

Después de arduas pesquisas, muchas de ellas infructuosas, puedo decir que mi sobrino se equivocó, pero no del todo. Una de las primeras referencias de fútbol en la Antártida corresponde al diario de navegación del explorador anglo-irlandés Ernest Henry Shackleton. El héroe de la arriesgada expedición Imperial Transantártica, entre 1914 y 1916, a bordo del famoso barco Endurance (Resistencia), que tuvo como objetivo fallido atravesar la Antártida, al quedar atrapado entre los hielos pétreos cerca de su destino en la Bahía Vahsel, preservó valiosos testimonios de las primeras contiendas futbolísticas en tierras polares.

Los 22 hombres de la tripulación del Endurance, protagonistas de una odisea sin precedentes al ser rescatados por el buque chileno Yelcho, se entretenían jugando al fútbol en esos días de incertidumbre ante su encierro geográfico, narra Shackleton. Citando las notas de su diario de fecha 24 de febrero de 1915, el explorador escribe: “La tripulación jugada al fútbol y al hockey (…) Para el 5 de enero, los hombres liberaban sus frustraciones jugando al fútbol sobre las grandes placas heladas. Todo el mundo se divertía hasta que el capitán de la nave, Frank Worsley, se hundió cuando una zona de falso hielo se abrió bajo sus pies, teniendo que ser rescatado…”

Evidentemente Shackleton y sus hombres, en su mayoría británicos, gastaban el tiempo en estas actividades deportivas acondicionadas en ese ambiente hostil, donde aún no existían asentamientos científicos ni bases militares dentro del continente, con excepción de la base argentina de Orcadas del Sur en la isla Laurie (fundada 22 de febrero de 1904). Muchos años después, con la creación del Tratado Antártico, se delimitó el territorio polar y numerosas estaciones científicas se asentaron, estableciendo pequeñas poblaciones.

Actualmente existen alrededor de cuarenta bases, de veinte naciones distintas, operando en la Antártida, entre las permanentes y las que funcionan tan sólo en el verano (como la base peruana Machupicchu en la Isla Rey Jorge) o invierno austral. En la mayoría de ellas, el fútbol se ha convertido en una de las principales actividades de recreación de los habitantes de estos asentamientos. Por ejemplo, en la estación norteamericana McMurdo (1956) existe un pequeño coliseo bajo la nieve donde se realizan diversas disciplinas deportivas, entre ellas el fútbol.

En bases como la inglesa Halley (1956), perteneciente a la British Antarctic Survey, se han disputado vibrantes encuentros sobre la nieve. Las recientes crónicas de los residentes en el 2005 son fantásticas: “Tan pronto como hubiera bastante contraste, un juego del balompié fue organizado. Había un montón de acción, un poco de engaño y cinco goles. Un partido con cerca de menos 9 grados."

En la otra base inglesa, Rothera (1975), ubicada en la isla Adelaida, existe el equipo Rothera FC, que ha tenido más de un enfrentamiento ante otros equipos de la estación o ante ocasionales visitantes. El 26 de febrero del 2007 disputó el juego más importante de la base ante los Morrisons builders. La bitácora de Rothera lo narra así: “Ese lunes cada uno contaba con un buen equipo, pero jugamos fuera de nuestros abrigos para asegurar un mejor drenaje. El cansancio era tremendo pero con nuestros alrededor montañoso y la puesta del sol perfecto, nadie cedía. El 0-0 fue el resultado más justo.”

Y así como en dependencias inglesas se juega al fútbol por una añeja tradición, en los asentamientos científicos argentinos es también una costumbre nacida de la estirpe futbolera nacional. El fútbol aficionado se practica en la base Vicecomodoro Marambio (1969) y también en la base de Esperanza (1952). Incluso en ésta existe una sucursal del Rotary Club y la escuela Provincial N º38 “Julio Argentino Roca”, con dos maestros, para las ochenta personas que residen en la estación junto a los científicos y militares. Fue justamente en Esperanza donde nació el primer ser humano en la Antártida: el argentino Emilio Marcos Palma, el 7 de enero de 1978.
Más allá de la práctica del fútbol como mera afición de los lugareños, a Claudio le interesaba saber si alguna vez hubo enfrentamientos entre selecciones. Lo más cercano a eso ocurrió en dos ocasiones –al menos por lo que he podido recavar-. Primero, el 14 de febrero del 2006. En la base búlgara de San Clemente de Ohrid (1993), en la isla Livingston, 18 exploradores de Bulgaria y España jugaron, según se dice, el primer juego oficial en suelo antártico, con el apoyo del famoso club CSKA Sofía. Cuentan las notas periodísticas que los exploradores españoles acondicionaro un estadio y que los búlgaros llevaron la pelota, además de la insignia del CSKA. A pesar de los menos siete grados centígrados, los dos equipos pudieron anotar seis goles. El equipo búlgaro se puso adelante con tres anotaciones, pero el cuadro español igualó con una reacción sorpredente. Al final del juego, los jugadores firmaron la bola que se encuentra en el museo de la gloria del CSKA.

La segunda experiencia data del 9 de julio del 2006. Horas antes que se disputara la final de la Copa del Mundo en Alemania, investigadores italianos y franceses de la estación franco-italiana Concordia, en el Domo C, disputaron un preliminar sin precedentes. El amistoso terminó siendo un buen augurio para la selección azurri, que al final se coronó campeona, ya que su equipo de investigadores en la Antártica se impusieron 1-0.

Según datos de Wikipedia, Antártida cuenta con una selección que ha afrontado 30 partidos desde 1957, siendo su primer partido internacional un triunfo de 6-1 ante Kerguelen Islands en 1962. Incluso se detalla el lugar y la fecha exacta, así como su mayor goleada a favor (27 a 1 sobre Alexander Island) y en contra (0-8 contra Norfolk Island), otorgando verosimilitud a la información. Sin embargo, estos encuentros jamás se llevaron a cabo porque el fútbol en la Antártida no se ha desarrollado aún insitucionalemente.

Lo más cercano a torneos reglamentados son las Olimpiadas Antárticas, organizadas desde hace algunos años en la Base Presidente Eduardo Frei de Chile, en la Isla Rey Jorge en las Shetland del Sur. En su última edición realizada en julio del año pasado, ocho delegaciones compitieron en cinco disciplinas: fútbol de salón, basketball, voleibol, tenis de mesa y billar. Por Argentina asistió la base Jubany; por Brasil, la estación de Ferraz; por China, Great Wall; por Corea, King Sejon; estuvo también la base Bellinghausen de Rusia, Arkctocwsy de Polonia, la base de Artigas de Uruguay y la selección local. En la final de fútbol, la delegación uruguaya cayó ante la selección anfitriona de la base Frei.

Eso es el fútbol en la Antártida. Reducido a fugaces partidos amistosos sobre la nieve entre científicos con discutido talento o a torneos de confraternidad en mini coliseos para fútbol cinco. Lo más cercano en nombre a un equipo de la Antártida es el club Antártida Argentina en la Provincia de Córdoba, en la zona oeste de la liga regional de fútbol de San Francisco, pero que nada tiene que ver con el continente blanco. Y aunque Claudio se quedará con las ganas de ver a la selección del Polo Sur, pude comprender que el fútbol está donde dos personas patean una pelota, y allá, en la ignota Antártida, de cumbres gélidas y vientos helados, eso sucede a diario.

3 comentarios:

Galo dijo...

Buena forma de distraerse en la Antártida, nada como un buen partido de fútbol. Saludos.

Red de Corresponsales Escolares dijo...

La hoz un maestrazo con sus notas, ya tienes un nuevo fan de tu blog jajaja.

David dijo...

Creo que el futbol une a las personas de diversos lugares y de esta manera esta bueno poder juntar a la gente con un deporte tan bello como este. Por eso cada vez que consigo pasajes baratos lan a otro país me gusta tener la chance de ver partidos de futbol de la liga local